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Armagnac

Opciones a la hora del café

El cognac es lo obvio. Nada más digestivo ni emblemático. Genial con café y puros. Pero Armagnac, también un aguardientes de uva del sudoeste francés, tiene lo suyo. Es fuerte y expresivo, como la gente de ese terroir dominado por otras delicias gourmet, como el foie y las trufas.
Francis Mallmann es un apasionado del Armagnac, ese brandy encerrado en botella chata. En sus restaurantes siempre mostró su colección de los mejores Armagnac con esa denominación.

Aunque es un aguardiente de uva las diferencias con el Cognac son muchas. Ante todo el suelo y las uvas. El mejor Armagnac se produce en un suelo arenoso, en Cognac la tierra es calcárea. El clima de Cognac es marítimo, suave y brumoso, el de Armagnac más riguroso.Y este ultimo spirit esta más cerca de sus orígenes que el Cognac: no esta domado por cortes. Un producto natural al que es inútil añadir azúcar.

Muchos entendidos , como Mallmannn, prefieren el Armagnac, aunque este debe ser de buena calidad. Hay demasiado Armagnac mediocres, alcoholes perversos que nada tienen que ver con el preferido de D'Artagnan.

Los mejores provienen de Armagnac o Bas Armagnac. Trarèze y Haut Armagnac son denominaciones de origen autorizadas, pero de menor calidad.

Los métodos de destilación también son diferentes, mientras el Cognac es destilado en alambiques de caldera, el Armagnac es sometido a un alambique continuo, obteniéndose una bebida más robustas. Viril como los famosos mosqueteros. Este método de destilación es esencialmente un alambique donde los vapores son refinados por el vino mismo. Y se trata de mantener en el alcohol todos los componentes de la uva, que le transmiten sabor y aromas. Este alcohol tiene aromas muy intensos, inclusive cuando es joven y solo tiene un año de crianza. Todavía imposible para el consumo por su grado alcohólico. Algunos osados toman este eau de vie joven con el café. Pero la edad y el año de cosecha influyen en la esencia de los mejores Armagnac.

Los productores que no los poseen comparten estos alambiques itinerantes y sus traslados por el campo son un espectáculo folk imperdible: parecen viejas locomotora que transitan por el desparejo territorio de Armagnac. El aparato va de una granja a otra, convirtiendo esos vinos tan intomables como los de Charente, en Cognac, en un aguardiente codiciado por los exquisitos del mundo.


En cuanto a las uvas se utilizan las mismas que en Cognac: Folle Blanche, Colombard y Ugni Blanc, pero algunos productores recurren a otras uvas también autorizadas como Jurancon y Plant de Grece (llamada Baco).

Además de los perfectos acuerdos con puros y café, el Armagnac fue el eau de vie preferido por Henri IV para digerir su plato preferido: la poule au pot, una especie de puchero de gallina, tan contundente como el Armagnac mismo.



 




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